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Numerosas son las personas que sufren problemas de hinchazón, que tienen digestiones muy pesadas o que necesitan mejorar su tránsito intestinal. Y estas cada vez acuden más a solucionar su problema con enzimas digestivas y probióticos. Sin embargo, es muy habitual que ambos elementos se confundan y que no se tenga claro qué diferencias hay entre estos dos tipos de suplementos. Por esto, en este artículo, vamos a intentar acabar con todas las dudas que se tengan al respecto.

Enzimas digestivas vs Probióticos

Las enzimas digestivas y los probióticos podemos establecer que solo tienen una cosa en común y es que ayudan a aliviar de forma clara lo que son algunos problemas intestinales. A partir de ahí, no hay nada más que los una. Las citadas enzimas vienen a ser proteínas no vivas que lo que hacen es descomponer de la mejor manera posible los alimentos que se ingieren para que el organismo los pueda absorber de forma adecuada. Mientras, los probióticos tenemos que indicar que son organismos vivos, levaduras y bacterias, cuya función es lograr el equilibrio del llamado microbioma intestinal.

Beneficios más significativos de las enzimas digestivas

El sistema digestivo, de forma natural y cuando se goza de un buen estado de salud, se encarga de producir sus propias enzimas, que son de tres tipos diferentes:
  • La proteasa, que está en el estómago y descompone las proteínas en aminoácidos.
  • La amilasa, presente en la saliva y que se encarga de descomponer los carbohidratos en azúcares simples.
  • La lipasa, que está producida por el páncreas. En su caso lo que hace es descomponer las grasas en ácidos grasos.
Sin embargo, cuando hay algún problema el organismo no genera estas enzimas y es cuando se puede recurrir a la ingesta de las llamadas enzimas digestivas. Su consumo trae consigo una serie importante de ventajas, entre las que podemos destacar las más significativas:
  • Consiguen que la persona que las tome se sienta con un estómago mucho menos pesado.
  • Logran reducir de forma palpable tanto los eructos como las gases e incluso la hinchazón.
  • Asimismo, no podemos pasar por alto que se establece que son muy útiles para hacerle frente mejor a distintas intolerancias alimenticias que se puedan tener. Claro, porque ellas aumentan la digestión de la lactosa, por ejemplo, de ahí que las personas que padezcan dichas intolerancias podrán gracias a estas enzimas disminuir notablemente síntomas que sufren, tales como calambres, diarreas o dolores.
  • Además, previenen y eliminan los microbios dañinos que pueden llegar al cuerpo y provocar distintas infecciones.
Es decir, quien tome dichos suplementos va a conseguir mejorar de forma notable lo que es su salud digestiva.

Principales ventajas de los probióticos

Los probióticos, por su parte, tenemos que establecer que también contribuyen a mejorar la salud intestinal, pero van mucho más allá. De ahí que sean recomendados para hacerle frente a otro tipo de situaciones relacionadas con el bienestar físico. En concreto, estos suplementos permiten disfrutar de los siguientes beneficios:
  • Favorecen lo que es el bienestar digestivo, pues, entre otras cosas, logran el equilibrio de la flora intestinal, mejoran la digestión y alivian los problemas de intestino irritable.
  • Ayudan a tener el peso bajo control, pues favorecen el correcto metabolismo de las grasas y también el de la glucosa.
  • Mejoran la salud de la piel.
  • Contribuyen a reforzar lo que es el estado del sistema inmunitario.
  • También ayudar a mejorar de forma considerable el estado de ánimo, gracias a que, entre otras, ponen su granito de arena para tener a raya el estrés.
  • Asimismo, se establece que previenen los resfriados y logran que el hígado esté en perfecto estado.
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¿Probióticos o enzimas digestivas? ¿Qué es mejor?

En este momento, te puedes estar planteando si en tu situación personal es recomendable decantarte por los probióticos o bien por las enzimas digestivas. En este caso, debes conocer que puedes optar por unos u otras cuando tengan síntomas tales como hinchazón, gases o problemas de regularidad a la hora de ir al baño. Eso sí, si tienes problemas de humor o con tu piel o necesidad de fortalecer tu sistema inmunológico no debes decantarte por los primeros. Por el contrario, si sufres sensación de saciedad tras cualquier comida, tienes muchos eructos y problemas de indigestión, lo adecuado es que optes por las segundas. No obstante, lo recomendable es que antes de tomar una decisión consultes a tu médico. Este te indicará cuál de los dos debes tomar. Es más, incluso cabe la posibilidad de que te recomiende la ingesta de ambos.